Diagnóstico e Indicación de Medicamentos: Estos pueden incluir analgésicos de venta libre o antiinflamatorios, para reducir la inflamación y el dolor.
Inyecciones intraarticulares: Administrar inyecciones intraarticulares pueden reducir la inflamación, aliviar el dolor y mejorar la movilidad de la rodilla.
Uso de dispositivos de soporte: Recomendar el uso de dispositivos de soporte, como rodilleras o férulas, para brindar estabilidad a la rodilla y reducir la carga y el estrés en la articulación afectada.
Cirugía: Las opciones quirúrgicas pueden incluir la artroscopia para limpiar o reparar tejidos dañados, la osteotomía para realinear la articulación o la artroplastia total de rodilla (reemplazo de la articulación de la rodilla) en casos avanzados.