Uno de esos padecimientos comunes que compromete la mecánica del cuerpo completo es el llamado Pie de Morton, o más específicamente, el neuroma de Morton.

Hoy quiero explicarte en qué consiste esta condición, cuáles son sus síntomas, por qué se produce y qué opciones reales existen para tratarla. El objetivo es ayudarte a entender tu cuerpo, aliviar el dolor y evitar que esta molestia afecte otras articulaciones, como la cadera o la rodilla.

¿Qué es el Pie de Morton?

El Pie de Morton hace referencia a dos cosas diferentes, aunque relacionadas:

  1. Neuroma de Morton: Es una irritación o engrosamiento del nervio interdigital, generalmente entre el tercer y cuarto dedo del pie, que produce dolor, ardor o sensación de electricidad en la parte delantera del pie (antepié).

  2. Pie morfotipo Mortoniano: Es una forma del pie en la que el segundo metatarsiano (hueso largo detrás del segundo dedo) es más largo que el primero. Esta condición puede predisponer a mayor presión en el antepié y facilitar la aparición del neuroma.

Ambas situaciones pueden coexistir o presentarse por separado, pero cuando hablamos comúnmente de “Pie de Morton”, la mayoría de las personas se refiere al neuroma de Morton, que es una de las causas más frecuentes de dolor en el antepié.

¿Por qué ocurre?

El neuroma de Morton se desarrolla por una compresión repetida del nervio interdigital, que se encuentra entre los metatarsianos. Esta presión continua provoca irritación, engrosamiento del tejido y una respuesta inflamatoria del nervio.

Las causas más comunes incluyen:

  • Uso prolongado de calzado ajustado o de tacón alto, que comprime los dedos y aumenta la presión en la zona anterior del pie.

  • Actividades de alto impacto, como correr o saltar, que generan microtraumatismos repetidos.

  • Alteraciones en la forma del pie, como pie cavo, pie plano o el ya mencionado pie tipo Mortoniano.

  • Desequilibrios biomecánicos, que alteran la distribución del peso al caminar o correr.

  • Sobrepeso, que aumenta la carga sobre el antepié.

Es importante entender que el neuroma no es un tumor maligno, como a veces se teme. Se le llama "neuroma" por el engrosamiento del nervio, pero no representa un riesgo cancerígeno.

Síntomas del neuroma de Morton

Los síntomas pueden comenzar de forma leve y progresar con el tiempo. Entre los más frecuentes destacan:

  • Dolor punzante en la parte delantera del pie, especialmente entre el tercer y cuarto dedo.

  • Sensación de ardor o corriente eléctrica que se irradia hacia los dedos.

  • Adormecimiento parcial en los dedos afectados.

  • Sensación de tener una piedra o una bolita dentro del zapato, aunque no haya ningún objeto.

El dolor suele empeorar al caminar, correr o usar zapatos apretados, y mejora al quitarse el calzado o masajear la zona.

¿Cómo se diagnostica?

El diagnóstico del neuroma de Morton es clínico y requiere una exploración detallada. Como especialista, realizo maniobras específicas que nos permiten reproducir el dolor al comprimir los metatarsianos o al palpar el nervio afectado.

En algunos casos, puede ser útil solicitar estudios como:

  • Ultrasonido, que permite observar el engrosamiento del nervio.

  • Resonancia magnética, si se sospechan otras causas asociadas o si el diagnóstico no es claro.

  • Radiografías, aunque no muestran el neuroma, ayudan a descartar fracturas por estrés o deformidades óseas.

Tratamientos conservadores

En la mayoría de los casos, el neuroma de Morton puede tratarse sin cirugía. Las opciones iniciales incluyen:

1. Cambio de calzado

Evitar tacones altos, zapatos con punta estrecha o calzado sin amortiguación. Se recomienda usar calzado ancho, con buen soporte del arco y suela acolchada.

2. Plantillas ortopédicas

Ayudan a distribuir la presión de forma adecuada y a reducir la compresión sobre el nervio afectado. En muchos pacientes, las plantillas personalizadas ofrecen gran alivio.

3. Fisioterapia

Técnicas de masaje, movilización, ejercicios de estiramiento y fortalecimiento pueden mejorar la biomecánica del pie y reducir la irritación.

4. Medicamentos antiinflamatorios

Pueden indicarse para aliviar el dolor y la inflamación en fases agudas, siempre bajo supervisión médica.

5. Infiltraciones

En casos más persistentes, se puede aplicar una inyección de corticoides en la zona afectada. Esto reduce la inflamación del nervio y puede proporcionar alivio prolongado.

¿Cuándo considerar cirugía?

La cirugía es una opción cuando el tratamiento conservador no funciona después de varios meses o cuando el dolor limita seriamente las actividades cotidianas.

Existen dos tipos principales de procedimiento:

  • Descompresión del nervio: Se libera el nervio afectado quitando estructuras que lo comprimen.

  • Neurectomía: Se retira el segmento del nervio afectado si ya hay un daño irreversible.

Aunque la cirugía tiene buenos resultados, siempre debe ser la última opción, una vez que se han agotado otras alternativas. La recuperación suele ser rápida y con buenos índices de satisfacción.

Impacto en la biomecánica general

Es fundamental mencionar que cualquier dolor persistente en el pie puede afectar la forma de caminar y la postura corporal, lo que eventualmente repercute en otras articulaciones como la rodilla, la cadera o la columna lumbar.

He visto casos en los que el paciente acude por dolor en la rodilla, pero el verdadero origen está en un apoyo defectuoso del pie causado por un neuroma de Morton no tratado.

Por eso, no se trata solo de “aguantar el dolor” o automedicarse. Entender el origen real de los síntomas es clave para evitar complicaciones a largo plazo.

Recomendaciones para prevenir el neuroma de Morton

Como parte de una vida activa y saludable, te comparto algunos consejos prácticos para cuidar tus pies:

  • Usa calzado adecuado según la actividad que realices.

  • Evita el uso prolongado de tacones altos o zapatos estrechos.

  • Si corres, asegúrate de que tus tenis estén en buen estado y sean acordes a tu tipo de pisada.

  • Mantén un peso saludable para reducir la carga en los pies.

  • Fortalece y estira la musculatura del pie regularmente.

Conclusión

El Pie de Morton es una condición más común de lo que parece, y aunque a veces se minimiza, puede interferir seriamente con tu calidad de vida. Si tienes dolor en el antepié que persiste, no lo ignores ni lo normalices.

Con un diagnóstico adecuado, tratamiento personalizado y cambios simples en tu rutina, es posible aliviar el dolor y recuperar tu movilidad sin recurrir a cirugía en la mayoría de los casos.

Traumatólogo y Ortopedista

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