El desgaste del cartílago en la rodilla es una de las causas más frecuentes de dolor, rigidez y pérdida de movilidad en personas adultas. Este problema puede afectar la calidad de vida al limitar actividades cotidianas como caminar, subir escaleras o simplemente estar de pie por periodos prolongados. Aunque existen tratamientos conservadores, en algunos casos la cirugía se convierte en la mejor opción para recuperar la función y aliviar el dolor.
En este artículo, te explicaré de manera clara en qué consiste la cirugía de rodilla por desgaste de cartílago, cuándo se recomienda y qué puedes esperar antes, durante y después del procedimiento.
¿Qué es el cartílago y por qué se desgasta?
El cartílago es un tejido firme y elástico que recubre los extremos de los huesos dentro de una articulación. En la rodilla, este cartílago permite que los huesos se deslicen suavemente unos sobre otros, absorbe impactos y facilita el movimiento sin dolor.
Con el paso del tiempo, el cartílago puede deteriorarse debido a distintos factores:
Envejecimiento natural (artrosis o desgaste degenerativo)
Lesiones previas (fracturas, esguinces graves, roturas de ligamentos)
Sobrecarga o esfuerzo repetitivo (deporte de alto impacto, obesidad)
Factores genéticos
Cuando el cartílago se desgasta, los huesos comienzan a rozar entre sí, lo que genera dolor, inflamación y limitación del movimiento. Este desgaste puede ir desde zonas pequeñas hasta una afectación severa en toda la articulación.
¿Cuándo es necesaria una cirugía?
En etapas tempranas, el desgaste puede tratarse con fisioterapia, medicamentos antiinflamatorios, infiltraciones o suplementos orales. Sin embargo, cuando el daño es extenso o el dolor persiste a pesar del tratamiento, la cirugía puede ser la mejor alternativa.
Las principales señales de que podrías necesitar una cirugía son:
Dolor constante que no mejora con medicamentos o reposo
Dificultad significativa para caminar o realizar actividades diarias
Rigidez y pérdida de movilidad articular
Deformidad visible de la rodilla
Evidencia de daño avanzado en estudios de imagen (rayos X, resonancia magnética)
Tipos de cirugía por desgaste de cartílago
El tipo de cirugía depende del grado de daño, la edad del paciente, su nivel de actividad física y otros factores individuales. Las opciones más comunes incluyen:
1. Artroscopia de rodilla
Es un procedimiento mínimamente invasivo donde se introducen cámaras y pequeños instrumentos dentro de la rodilla para limpiar fragmentos de cartílago suelto, alisar superficies dañadas o tratar lesiones menores. Suele recomendarse en casos leves a moderados o en pacientes jóvenes.
2. Implante de cartílago
En ciertos casos, especialmente en personas jóvenes con lesiones focales (áreas pequeñas y definidas), es posible implantar células de cartílago propias o artificiales para regenerar la zona dañada. Estos procedimientos son más complejos y aún en desarrollo, pero pueden ofrecer buenos resultados en los candidatos adecuados.
3. Osteotomía
Se trata de una cirugía que corrige la alineación del hueso de la pierna para redistribuir el peso y reducir la carga sobre la zona dañada del cartílago. Suele indicarse en pacientes menores de 60 años con desgaste localizado.
4. Prótesis total de rodilla (artroplastia)
Cuando el desgaste es severo y afecta toda la articulación, se reemplaza completamente la superficie dañada con una prótesis metálica y plástica. Es la opción más efectiva para aliviar el dolor y mejorar la función en pacientes con artrosis avanzada. La prótesis puede durar entre 15 y 25 años, dependiendo del uso y cuidado del paciente.
¿Cómo es el proceso de recuperación?
La recuperación dependerá del tipo de cirugía realizada. En general:
Artroscopia: recuperación más rápida, con retorno a actividades ligeras en 2 a 4 semanas.
Implantes de cartílago y osteotomías: requieren más tiempo, entre 3 a 6 meses para volver a la actividad normal.
Prótesis total de rodilla: el proceso de rehabilitación puede durar de 3 a 6 meses, incluyendo fisioterapia intensiva.
En todos los casos, el éxito de la cirugía depende en gran parte de un adecuado seguimiento postoperatorio, la constancia en la rehabilitación física y la adopción de hábitos que protejan la rodilla (como controlar el peso corporal y evitar impactos innecesarios).
¿Qué riesgos tiene la cirugía?
Como cualquier procedimiento quirúrgico, existen riesgos que deben ser considerados:
Infección en la herida o en la articulación
Coágulos sanguíneos
Rigidez postoperatoria
Fallo o desgaste prematuro de la prótesis (en caso de reemplazo total)
Resultados no satisfactorios si no se cumple el protocolo de recuperación
Sin embargo, en manos de un especialista en rodilla con experiencia, estos riesgos son mínimos y las probabilidades de éxito son altas.
Conclusiones
La cirugía de rodilla por desgaste de cartílago es una opción efectiva para recuperar la calidad de vida en pacientes con daño articular avanzado. No se trata solo de “operar por operar”, sino de evaluar cuidadosamente cada caso para elegir el tratamiento adecuado.
Si tienes dolor constante, limitación para moverte o ya has probado varios tratamientos sin éxito, es momento de consultar con un especialista. Juntos podemos encontrar la mejor solución para ti.
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